Siempre he sido partidario de un uso responsable de esta plataforma, ya que puede traernos más de un dolor de cabeza. Más aún hoy, cuando los grupos de Whatsapp son la moda cuando se trata de ponerse de acuerdo en índoles diferentes al laboral: amigos, familiares, clubes de esparcimiento, apoderados de colegio, organizaciones religiosas, entre otras.
Y claro, dado que su uso carece de un criterio lógico, muchas personas tienden a utilizarlo como un medio de desahogo, enviando grandes textos sobre sus problemas, memes u audios para decir cosas que al final no diríamos en persona.
En este artículo, quiero comentar, a partir de experiencias personales, cómo a mi juicio de usuario, creo que estamos mal utilizando esta poderosa herramienta para la comunicación grupal.
¿Síncrona o Asíncrona?
La primera pregunta que me gustaría responder es: ¿Whatsapp es una herramienta síncrona o asíncrona? Bueno, la respuesta es fácil, ya que en todos lados se relaciona con la sincronía de los mensajes ("síncrono" quiere decir "al mismo tiempo" y "asíncrono" todo lo contrario).
Si bien es cierto, su gran característica es la posibilidad de responder al momento de recibir un mensaje, en un grupo esto no siempre es así, ya que muchas veces puede pasar de que al enviar un mensaje, no todos lo van a ver en el momento. Algunas personas estarán trabajando, durmiendo o en alguna actividad que les impida ver su celular. ¿Qué pasa entonces? Los usuarios generalmente entablan conversaciones como si todo el grupo esté enterado, por lo cual, si es un grupo especialmente numeroso, finalmente los mensajes terminan perdiéndose en el tiempo y espacio. Por lo tanto, a pesar de ser una herramienta síncrona, en un grupo estamos frente a una comunicación que por lo general no lo es para todos los participantes.
La Cara Oculta
Cuando utilizamos herramientas de comunicación como Whatsapp, tenemos la capacidad de "ocultarnos" tras una pantalla que solo envía y recibe mensajes. El tema es que cuando escribimos nuestros mensajes, no nos damos cuenta que, al otro lado, existe un ser humano que interpreta nuestras palabras. Por lo general, al preparar el mensaje nosotros tratamos de construirlo desde nuestra realidad.
El problema se torna grave cuando estamos ante grupos, ya que no solo tenemos un interlocutor con el cuál, quizás, estamos conversando, sino que tenemos varios observadores que, en su naturaleza humana, cada uno interpretará a su gusto el mensaje enviado. Dicho ésto, ¿Qué pasa si escribo el mensaje cargado de emociones que demuestran molestia, frustración, enojo o tristeza? ¿Queremos que nos interpreten tal cual o quedará abierta la posibilidad que me mal interpreten esas palabras? ¿Afectará a otras personas de manera positiva o negativa ésto?
Exposición Masiva
Otro punto que también es bastante importante considerar es que, cuando estamos en presencia de grupos, no sabemos qué harán con nuestros mensajes. Todos sabemos lo fácil que es sacar una captura de pantalla en un teléfono y luego re-enviarlo a otras personas. Esto puede ser un problema, sobretodo cuando emitimos opíniones que son polémica y hablamos de temas complicados, puesto que no sabemos si entre los integrantes del grupo habrá alguien que "mal utilice" nuestras palabras, sacándolas de contexto o simplemente enviándola a alguien que pueda hacer uso de ellas para perjudicarnos. Por lo tanto, ante cualquier comentario, arriesgamos nuestra propia integridad.
Memes... Cadenas... Spam...
Adicionalmente, además de todo lo anterior, tenemos otro punto que es la simpatía por los memes, las cadenas y los spam. Muchos usuarios aprovechan de utilizar grupos, ya sea personales como de organizaciones, para compartir cosas que no son aptas para el grupo. Por ejemplo, enviar memes referentes a temas racistas en un grupo donde no conocemos los orígenes de las personas, provocando incluso molestia entre algunos integrantes del grupo.
En general, al formar un grupo, existen "reglas de convivencia" implícitas, las cuales debieran ser parte de nuestro ADN en el uso de Whatsapp. Esto además de aportar a la sana convivencia, también deja un marco de lo que es políticamente correcto y lo que no. La regla básica es pensar, antes de enviar un mensaje o un contenido que no sea acorde el grupo: "¿a alguien le molestará que yo envíe algo así? ¿me molestaría a mí?". No es tan difícil.
Audios tipo Podcast
Y lo último, que yo siento que es de mal gusto, es el envío de audios extensos que, al final, no sabes si todos podrán escuchar. El problema radica en dos factores principales. El primero tiene que ver con la extensión, ya que no todos los integrantes del grupo tienen tiempo para estar escuchando largos minutos mientras hacen sus actividades. Recordemos que leer siempre es más rápido que escuchar un audio que, gracias a Whatsapp, solo podemos acelerar hasta el doble de su velocidad.
Lo segundo es que, para escucharlo, generalmente necesitamos poner el audio a un volumen que escuchemos y eso puede provocar que el entorno también capte parte del mensaje, lo cual no solo puede ser algo incómodo, sino que vergonzoso para el receptor del audio, sobretodo si es un mensaje algo "especial" para el grupo. Yo soy enemigo de los audios en grupos, de hecho casi siempre los omito.
Dado todo lo anterior, los insto a reflexionar ¿cómo estoy usando los grupos de Whatsapp?
Cambio y fuera.
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