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Foto del escritorGerardo Cerda Neumann

Hábitos Atómicos: Algunos Tips Finales

Para cerrar estos valiosos comentarios de “Hábitos atómicos” les comparto esta lista de tips que permitirán mantener y desarrollar nuestros hábitos más útiles según lo que presenta James Clear en su libro.

Ricitos de Oro probando las sopas de los Osos. Fuente: http://tinyurl.com/59p58us9  

 

Para facilitar la lectura de estos tips los hemos separado en varias secciones. De esta manera es posible leerlos todos o bien trabajar cada uno de una manera específica. Como siempre se van presentando en el mismo orden en que aparecen en el libro citando las frases que permiten entenderlos y aplicarlos de mejor forma.

 

El secreto para maximizar las posibilidades de éxito: al respecto el autor plantea que se necesita “elegir el campo de competencia apropiado. Esto es tan cierto para el cambio de hábitos como lo es para los deportes y los negocios. Los hábitos son sencillos de realizar, y es más satisfactorio mantenerlos cuando son compatibles con tus inclinaciones y habilidades naturales. Igual que Michael Phelps en la alberca o Hicham El Guerrouj en la pista, seguramente quieres participar en un juego en el que las probabilidades estén a tu favor”.

 

Con esto se quiere decir que es responsabilidad de cada uno, al igual que los talentosos deportistas que se mencionan (Michael Phelps el mejor nadador olímpico de todos los tiempos y Hicham El Guerrouj un campeón de pista) escoger el ámbito dónde queremos triunfar. Esto porque aunque se trabajen los hábitos de la forma en que se enseña en el libro, será muy difícil destacarse en un ámbito dónde no se poseen los atributos necesarios.

 

Debido a esto el autor destaca que “Esto es cierto no solo para las características físicas sino para las mentales. Yo soy inteligente si me preguntas sobre hábitos y conducta humana, pero no tanto si el tema es tejido con agujas o propulsión de cohetes o cuerdas de guitarra. Las competencias dependen en gran medida del contexto” y lo remata indicando “En pocas palabras, los genes no determinan tu destino. Los genes determinan tus áreas de oportunidad. Como afirma el físico Gabor Mate: «Los genes pueden predisponer, pero no predeterminar». Las áreas donde estás genéticamente predispuesto al éxito son las áreas donde los hábitos tenderán a ser más satisfactorios. La clave está en dirigir tu esfuerzo hacia áreas que te entusiasmen y que sean compatibles con tus habilidades naturales. Esto hará que tus ambiciones estén en armonía con tus habilidades”. Por tanto, si bien podemos intentar destacarnos en cualquier área que queramos, por lógica existirán algunas que se nos darán mucho mejor que otras. En mi caso particular, debido a que me dedico a la Docencia y la Capacitación he trabajado con mucho esfuerzo los hábitos que tienen que ver con mi permanente lectura y estudio que me facilita mantenerme vigente en mis áreas de especialización. Además, tengo una facilidad natural para explicar ideas y desarrollar sesiones de estudio tanto con personas muy jóvenes (18 o 19 años) como también para gente mayor de 50 o 60 años.

==> Debes encontrar tus áreas de oportunidad y desarrollarlas.

 

Encontrar tu mejor juego: continuando con la idea anterior el autor indica que “Aprender a participar en un juego en el que las probabilidades de ganar estén a tu favor es crítico para mantener la motivación y sentirte exitoso. En teoría, puedes disfrutar de casi cualquier cosa. En la práctica, es muy probable que disfrutes más de las cosas que se te dan fácilmente. Las personas que son talentosas en un área en particular tienden a ser más competentes en esa tarea y, por lo tanto, a ser elogiadas por haber hecho un buen trabajo. Esto les permite estar llenas de energía debido a que están progresando donde otros han fallado, y como obtienen recompensas como ganar un mejor salario y recibir mejores oportunidades, esto no solo las hace sentirse más felices, sino que las impulsa a producir un trabajo aún de mayor calidad. Se trata de un círculo virtuoso”.

==> Es necesario descubrir cuál es tu vocación.


Si bien es razonable aplicarse en un tema  con el objetivo principal de obtener dinero (la típica situación en la que alguien trabaja de lunes a viernes para generar sus ingresos y luego se dedica a su pasión u hobby) lo que se plantea es que más factible y disfrutable aplicarse en lo que realmente te motiva.

En mi caso ha sido fácil: el año 1997 (cuando nació mi segundo hijo) me di cuenta que lo que realmente me gustaba estaba en la Docencia y Capacitación. Desde julio de ese año me he dedicado a desarrollarme al 100% en esos temas y me ha ido muy bien, pero lo más importante, lo he disfrutado mucho. Debo destacar eso sí, que el nivel de ingreso no ha sido tan alto como si hubiese continuado haciendo carrera en la Industria de la Informática. No lo digo como queja sino para que se entienda que necesariamente cuando se escoge un camino se deja de recibir algunos beneficios.

 

Aplicar la regla de “Ricitos de Oro”: en este caso se trata de buscar actividades en las que nos queremos enfocar que tengan la característica de ser lo suficientemente difícil/desafiante para hacernos dar lo mejor de nosotros … pero sin caer en una exigencia que sea inalcanzable. Por ese motivo el autor lo presenta como la regla de Ricitos de Oro, fábula infantil donde una niña entra a la casa de unos osos que han dejado en la mesa tres platos con comida: una muy caliente (inalcanzable), otra muy fría (poco motivante) y otra tibia (alcanzable y motivante).


La explicación del concepto está muy bien escrita y es esta: “El cerebro humano ama los retos, pero solamente si están dentro de una zona óptima de dificultad. Si te encanta el tenis y tratas de jugar un partido serio contra un niño de 4 años, rápidamente te aburrirás. Sería demasiado sencillo. Ganarías todos los puntos. En contraste, si jugaras en contra de un tenista profesional como Roger Federer o Serena Williams, también perderías la motivación porque el partido sería demasiado difícil para ti. Ahora imagina jugar tenis contra alguien que es tu igual. Conforme el juego avanza, tú ganas algunos puntos y pierdes otros. Tienes una buena oportunidad de ganar, pero solo si te esfuerzas realmente. Te enfocas en algo específico, las distracciones se desvanecen y te encuentras a ti mismo completamente comprometido en la tarea que estás realizando. Este es un reto que tiene un nivel de dificultad manejable y que es un ejemplo de la Regla de Ricitos de Oro. La Regla de Ricitos de Oro establece que los humanos experimentamos los niveles más altos de motivación cuando al trabajar en alguna tarea, esa tarea está en el límite de nuestras habilidades actuales. No demasiado difícil. No demasiado sencilla. Solo lo justo”. Lo complementa diciendo “Cuando estás empezando un nuevo hábito, es importante mantener la conducta tan fácil como sea posible para que puedas mantenerlo incluso si las condiciones no son perfectas”.

==> Identificar aquello que nos motive pero que podamos alcanzar.


Gráficamente el autor lo resume así:

Tengo muy claro que es más fácil decirlo que hacerlo. Esto porque, ¿qué pasa si intento con algo que me gusta y motiva pero que me cuesta alcanzar? ¿Estoy viviendo una situación donde, mediante mi esfuerzo/mejora puedo lograr el éxito o es el caso de algo inalcanzable que me va a frustrar solamente?

No hay una respuesta fácil. Mis consejos serían dos: en primer lugar analizar con seriedad qué es lo que quiero lograr y luego preparar un plan razonable para hacerlo. Si la ejecución del plan se vuelve demasiado angustiante esa es una señal de que podríamos estar frente al “plato de sopa demasiado caliente”. En segundo lugar y complementando lo anterior: buscar el apoyo de una persona que ya haya recorrido el camino y que nos pueda asesorar.

 

Los pros/contras de los hábitos para lograr la excelencia: cuando hemos logrado desarrollar buenos hábitos tenemos la gran ventaja de que podemos enforcarnos en los temas más relevantes ya que lo básico (los hábitos) ya los tenemos internalizados … pero … se corre el riesgo de llegar a un buen nivel renunciando a la excelencia. ¿Por qué? Porque nos damos por satisfechos con lo ya hecho y no lo cuestionamos.


El autor lo explica diciendo: “Cuando aprendes los movimientos básicos tan bien que puedes desempeñarlos sin pensar, entonces estás libre para poner atención a detalles más avanzados. De esta manera los hábitos se convierten en la columna vertebral de toda búsqueda de excelencia.

Sin embargo, los beneficios de los hábitos tienen un costo. Al principio, cada repetición desarrolla fluidez, velocidad y destreza. Pero luego, conforme el hábito se vuelve automático, te vuelves menos sensible a la retroalimentación. Caes en la repetición inconsciente. Se vuelve más fácil dejar que los errores ocurran. Cuando puedes hacer algo «suficientemente bueno» estando en piloto automático, dejas de pensar en cómo hacerlo mejor.

La ventaja de los hábitos es que aprendemos a hacer cosas de manera automática sin tener que pensar. El inconveniente de los hábitos es que te acostumbras a hacer las cosas de cierta manera y dejas de poner atención a los pequeños errores”. Lo mencionado es tan evidente que “algunas investigaciones han demostrado que una vez que se ha alcanzado la maestría de una habilidad, con el tiempo tiene lugar un ligero declive del desempeño”.

En otras palabras: “No puedes repetir algo ciegamente y esperar convertirte en alguien excepcional. Los hábitos son necesarios, pero no bastan para alcanzar la maestría”.


==> Maestría = Hábitos + Práctica deliberada.


Por lo tanto para lograr la Maestría es necesario concentrase en un pequeño elemento necesario para obtener el éxito.

 

Las dos gráficas que se presentan a continuación resumen lo que es:

1. Alcanzar la Maestría en un Hábito:

2. Alcanzar la Maestría en un Campo:

Como mejorar gracias a los hábitos: normalmente cuando se ha logrado un hábito este se repite obteniendo el premio correspondiente, lo que reafirma esa identidad asociada a él. Esto no está mal pero se debe tener cuidado que esas mismas creencias pongan un freno para alcanzar el siguiente nivel de crecimiento. El autor dice que lamentablemente: “Cuando trabaja en tu contra, tu identidad crea un tipo de «orgullo» que te impulsa a negar tus puntos débiles y evita que crezcas verdaderamente. Este es uno de los más grandes inconvenientes de construir hábitos”.

 

Luego el autor cita al inversionista Paul Graham quien dice: “«mantén pequeña tu identidad». Entre más permitas que una sola creencia te defina, menos serás capaz de adaptarte cuando la vida te presente desafíos. Si dedicas todo a convertirte en capitán del equipo o en socio de la firma o cualquier otra cosa, entonces la pérdida de esa faceta de tu vida te hará naufragar. Si eres un vegano y luego desarrollas una condición de salud que te obliga a cambiar de dieta, tendrás una crisis de identidad en tus manos. Cuando te aferras demasiado a una identidad, te vuelves frágil. Si pierdes una cosa, te pierdes a ti mismo”.

 

Afortunadamente el autor propone una solución la que consiste en mantener importantes aspecto de la identidad propia, AUNQUE cambie el rol. Así por ejemplo es mejor decir:

• «Soy la clase de persona que es fuerte mentalmente y ama los desafíos físicos» en vez de solo «Soy un atleta».

• «Soy el tipo de persona disciplinada, confiable y excelente para trabajar en equipo» en vez de decir «Soy un gran soldado» que es más limitante y que además podría cambiar si contra su voluntad deja de pertenecer al ejército.

• «Soy el tipo de persona que construye y que crea cosas» es muy mejor que «Soy el director ejecutivo».

 

Con estas sencillas ideas es posible tener una fuerte identidad aunque cambie el rol. Cabe destacar en los ejemplos que ese rol que cambia (o elimina en nuestras vidas) en general no lo controlamos.

==> Analizar con cuidado cada rol que desempeñamos para descubrir lo que realmente nos importa: nuestra identidad.


La siguiente cita del libro “Tao Te Ching” presenta magistralmente estas ideas:

Los hombres nacen suaves y flexibles;

cuando mueren son tiesos y duros.

Las plantas nacen tiernas y dóciles;

cuando mueren son frágiles y secas.

Por esto quien es tieso y duro

es un discípulo de la muerte.

Quien es suave y flexible

es un discípulo de la vida.

Lo duro y tieso se romperá.

Lo suave y flexible prevalecerá.

LAO TZU

 

Cómo alcanzar resultados que duren: cuando se empieza a trabajar el temas de los hábitos y se plantea el objetivo de mejorar el 1% cada vez es probable que no se vea mucho avance. El autor lo explica diciendo: “Al principio las mejoras pequeñas pueden parecer carentes de sentido porque dan la impresión de desvanecerse bajo el peso del sistema. Igual que una moneda no te volverá rico, un cambio positivo como meditar por un minuto o leer una página por día no producirá una diferencia notable”.

 

Luego continúa diciendo: “Cada mejora equivale a añadir un grano de arena en el platillo positivo de la balanza, inclinando lentamente las cosas a tu favor. Eventualmente, si mantienes los hábitos, alcanzas un punto clave. De pronto parece más sencillo mantener los buenos hábitos”.

 

Y remata con la frase: “El éxito no es un objetivo o una línea de meta que tienes que cruzar. Es un sistema de mejora, un proceso interminable que se tiene que refinar”.

 

Todo esto se puede resumir con esta tabla:

Las conductas no requieren esfuerzo aquí

 

Las conductas son difíciles aquí

Obvio

---------------------------

Invisible

Atractivo

---------------------------

Poco atractivo

Sencillo

---------------------------

Difícil

Satisfactorio

---------------------------

Insatisfactorio

El sentido es “empujar” los hábitos buenos al lado izquierdo haciéndolos: obvios, atractivos, sencillos y satisfacciones. Mientras tan que los malos hábitos los hacemos invisibles, poco atractivos, difíciles e insatisfactorios.


Por ese motivo insiste en que: “Siempre que quieras mejorar, tendrás que recorrer las Cuatro Leyes del Cambio de Conducta hasta que encuentres el siguiente cuello de botella. Hacerlo obvio. Hacerlo atractivo. Hacerlo sencillo. Hacerlo satisfactorio. Avanzar y avanzar. Siempre buscando la siguiente manera de ser 1% mejor”.

 

Este es poder de los hábitos. Pequeños cambios. Resultados notables.

 

Nota de Editor: como se ha destacado varias veces estos comentarios están tomados y citados del libro “Hábitos Atómicos” de James Clear, Editorial Paidós, 2018, 326 páginas.

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